domingo, julio 01, 2012

Gracias, Salvador: un canto al periodismo

El periodismo pasa por una crisis, al menos doble: una más profunda, de identidad, y la otra de modelo de negocio. Y ambas se retroalimentan. Una gran parte del periodismo de nuestros días, al menos del español, está comprometido con casi todo menos con la verdad. Tenemos un periodismo poco honrado, muy politizado. Un periodismo de consigna y de intereses (comerciales y políticos), que llega muchas veces a conclusiones gratuitas en vez de dar datos -un  poco más caros, más difíciles de conseguir- para que sea el lector quien saque sus propias conclusiones. Yo no sigo a conciencia los foros en los que se debate cuál es el futuro del periodismo, pero sé una cosa: los periodistas necesitamos reflexionar profundamente y necesitamos también referentes.

Y aquí es donde entra el Dr. Salvador Aragonés en escena. Él es un referente para la profesión. Me dio clase cuando él era un profesor recién aterrizado a la Universitat Internacional de Catalunya, también cuando pasó a ser vicedecano. Más adelante me fichó como profesor, siendo él ya el decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Ahora que se nos jubila como docente, tengo la necesidad de sacarlo a la palestra de la red. Me quiero ceñir -fue el contenido de la clase magistral con que se despedía de sus clases- a citar una fórmula suya que si todos los periodistas nos empeñásemos en seguir al pie de la letra otro gallo nos cantaría. Ahí va: P = IH (6w+3c + a) + C + Ft. El periodismo, la noticia, surge de la suma de tres elementos, se sustenta sobre tres columnas: la columna técnico textual, la columna contextual y la columna de las fuentes. La primera columna habla del interés humano que debe envolver a las noticias para que funcionen dando por sentado que se siguen para la redacción tres elementos básicos: que responda a las famosas 6 w's (qué, quién, cuándo, cómo, dónde y por qué), que sea corta, clara y completa (3c) y que tenga actualidad (a). A esa primera columna técnica se le suma el contexto: el periodista debe saber escribir pero también ser una persona muy leída, culta: debe saber de economía, historia, literatura, geografía, arte, antropología , religiones, etc.Y por fin llega la columna de las fuentes: deben contrastarse, se deben haber oído varias campanas. Hasta ahí lo "técnico", que no es poco. Salvador añadía, y yo suscribo, que ese periodista debe ser un hombre o una mujer de valores, de virtudes. Debe cultivarlas todas, y entre ellas, en un lugar destacado, el amor a la verdad. 


Gracias Salvador por todos estos años en que después de una largísima etapa entre los fogones de la información te has dedicado a enseñar a los jóvenes cómo ser buenos profesionales. Gracias por ser un referente para el periodismo de calidad.