sábado, agosto 25, 2018

Iglesia: lo que es noticia y lo que no. Carta al New York Times

Hoy celebramos la fiesta de san José de Calasanz, sacerdote español que comenzó en 1597 la primera escuela gratuita de Europa. Él creó, organizó y sistematizó la enseñanza escolar graduada por niveles y ciclos en la enseñanza primaria tal como la conocemos en nuestros días.

En este día, recordando y dando gracias por los santos, que traen cosas buenas al mundo, copio una carta de un sacerdote a los periodistas del New York Times sobre los escándalos sexuales de la Iglesia. Ahora que arrecian en Pensilvania es buen momento para volver a sacarla a la luz. Me gustó. 

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Querido hermano y hermana  periodista:

Soy un simple sacerdote católico.  Me  siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo  en Angola como misionero.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en  vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa,  investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así  aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes…  Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones  periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas  de preconceptos y hasta odio.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas, que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique  tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del  lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las  medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la  dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.

Pero ¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por  millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en  los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de  información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde  Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas  de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han  retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en México mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con  la distribución de alimentos y semillas. Que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de  110.000 niños...

No es de interés que con otros sacerdotes  hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000  personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su  rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU.  

No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las  noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la  calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen  de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros  sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un  refugio.
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa  por casa confortando los enfermos y desesperados. 

No es noticia que  más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería,  en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados  de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en  escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en parroquias  y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por  salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya  transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco  señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más  recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo  están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la  región… Ninguno pasa los 40 años. 

No es noticia acompañar la vida  de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que  sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido  comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que  un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la  Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a  Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada  criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas  ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento  ofendido.
periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.Sólo le pido amigo 

En  Cristo,

P. Martín Lasarte sdb
"Mi pasado Señor, lo confio a tu Misericordia; Mi presente a tu Amor; Mi futuro a tu Providencia"

martes, junio 06, 2017

Relaciones, sobreinformación y redes sociales

Estoy leyendo estos días Laudato si, la encíclica sobre ecología del Papa Francisco. Fue un documento que tuvo una gran acogida, como lectura de cabecera, entre los casi 200 dirigentes mundiales que se reunieron en la cumbre del clima en París hace casi un año. Esa misma cumbre de la que ahora Donald Trump quiere desmarcarse. Recupera vigencia el tema y la Laudato si. Os recomiendo su lectura.

Hay una ecología de las relaciones a la que hace mención el Papa que deja algunas frases como las que siguen. Espero que os gusten y os ayuden a la reflexión. 

1) "Los grandes sabios del pasado, en este contexto, [de sobreinformación y saturación de redes] correrían el riesgo de apagar su sabiduría en medio del ruido dispersivo de la información". 

2) "La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental". 

3) "Al mismo tiempo, tienden a reemplazarse las relaciones reales con los demás, con todos los desafíos que implican, por un tipo de comunicación mediada por internet. Esto permite seleccionar o eliminar las relaciones según nuestro arbitrio, y así suele generarse un nuevo tipo de emociones artificiales, que tienen que ver más con dispositivos y pantallas que con las personas y la naturaleza"

4) "Los medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal. Por eso no debería llamar la atención que, junto con la abrumadora oferta de estos productos, se desarrolle una profunda y melancólica insatisfacción en las relaciones interpersonales, o un dañino aislamiento".

sábado, junio 03, 2017

Moltes gràcies, Carles Capdevila

Quan va rebre el Premi Nacional de Comunicació va pronunciar un discurs que és una joia, un document per a la posteritat, com molts dels seus darrers escrits i discursos. La seva virtut és que connecta amb l'eternitat, que està per sobre de les modes. Parla, com ell mateix reivindica, "de les veritats íntimes". Quan li van detectar el càncer, va fer un titular rodó: “L'ARA ha sigut el projecte de la meva vida i ara el meu projecte és la meva vida”. Es va quedar curt amb el titular. Cadascuna de les paraules que ha escrit després, fins el final de la seva vida, han posat de manifest que no només s'ha ocupat de la seva vida, sinó també de la dels altres. Amb generositat i esforç diari, ha fet servir la seva talaia mediàtica per reivindicar una manera de fer diferent, donant veu als qui no la tenen. I sense pretendre-ho no només ens ha ensenyat a viure, sinó també a morir. Ha marxat per la porta gran de la feina ben feta, de l'amor a la seva família, els seus amics, la seva professió, el seu país. Ha marxat una gran persona, ho hem vist aquests dies. 

En el discurs de què parlava a l'inici del post (el podeu veure aquí) hi ha cinc moments que són lliçons de periodisme i de vida, i que mereixen ser escoltades i reposades: 

1) "El periodisme no es innocent: no som simples miralls del que passa. Som còmplices d'aquest món mediàtic que dona veu a qui crida més, on és més fàcil sortir a la tele a fer l'idiota que sortir-hi per la teva preparació" "Hem d'assumir la responsabilitat i fer mitjans bén educats i educadors, benintencionants, que filtrin la mentida i que filtrin la mentida i no es conformin amb un espectacle de sí o no, sense matisos, disfressat d'informació i anàlisi" "És culpa nostra, prou de dir que és el que vol l'audiència. Hi ha proves que es pot arribar a molta gent fent productes de qualitat, que alimentin la ment i l'ànima en lloc d'intoxicar i excitar el pitjor de la gent. El que passa és que per fer això cal més esforç, més talent, més feina. Doncs au, a pencar i no a ser altaveu de cridaners, arrogants, estafadors, poderosos prepotents i mentiders". 

2) "El periodisme està al mig entre els poders i les persones, i ens hem equivocat perquè ens hem acostat més als poders que a les persones. Ens estem oblidant de parlar de la realitat de cada dia mentre convertim en protagonistes absoluts aquest circ de famosets, tertulians i declaracions polítiques, una olla de grills, una gran tertúlia global que és un teatret sobreactuat, una farsa que cansa"

3) "Reclamo més veritat als mitjans. I sobretot menys mentida, i menys ficció i menys sobreactuació i menys cinisme. Hem de ser més humils i autocrítics, abandonar les llotges VIP i els reservats de restaurants i trepitjar més el carrer o les sales d'espera dels hospitals o els barris. Comencem per les veritats intimes, les de cadascú. I expliquem la feinada de tota la gent que cada dia treballa de forma artesanal per arreglar el món amb les mans. Ells no necessiten el protagonisme, per això no el busquen, no tenen gabinets de premsa, no pressionen, estan massa enfeinats, però la societat sí que necessita saber què fan, perquè quan saps què fa la gent que arregla el món, la majoria voluntaris, recuperes l'esperança en la utopia que ens queda, una utopia que pot semblar d'estar per casa, la de les petites revolucions individuals de cada dia fins a transformar-ho tot".

4) " La llibertat de premsa no es defensa parlant-ne, elogiant-la, amb bla bla bla. No fem doble discurs. M'ha felicitat gent per aquest premi que em feia la vida impossible com a director i conspirava tant com podia perquè no fóssim independents. Prou cinisme. La llibertat de premsa la defensem els periodistes no cedint a pressions i l'haurien de defensar els poders tenint la dignitat de no emprenyar tant. Els més descarats són els poders econòmics, valgui la redundància. Aquests si et descuides volen posar ells el titular i la foto, van molt sobrats"

5) "Hi ha un col·lectiu que adoro i que és ignorat i silenciat pels mitjans. El de les persones que tenen cura de les persones. He necessitat estar malalt per descobrir els infermers i –sobretot– les infermeres. Per a mi eren igual de transparents que per a tothom. I ara sé que el de les meves estimades infermeres, de les quals aspiro a presidir el club de fans, és un col·lectiu que aguanta i humanitza la medicina i que demostra cada minut que tenir cura és molt més que curar. M’interessa la gent que pateix i la gent que té cura de les persones. Educadors, voluntaris, personal sanitari. I un munt de familiars. La cura de les persones solen fer-la les dones, és silenciada, poc valorada, no remunerada, o mal pagada. Els grans pressupostos són militars i tecnològics i financers, en un món de testosterona, perquè els poders encara són vergonyosament mascles i masclistes, i per l'activitat que ens fa més persones, la més important, la imprescindible, cuidar-nos els uns als altres, pocs diners i cap rellevància pública. El temps que em quedi com a periodista el vull dedicar a aquests herois: les persones que tenen cura de les persones, les que anomeno "persones persones". Persones que es dediquen a ser persones i cuidar persones". 

Hi ha un sant dels nostres temps que parlava de la necessitat d'ofegar el mal amb abundància de bé. Tu Carles ens has assenyalat el camí per fer-ho en l'àmbit del periodisme. 

Fa quinze anys t'escoltava tots els matins entre riure i riure. Qui m'anava a dir a mi que avui, després de tantes coses passades, escriuria aquest text només per dir-te una cosa: moltes gràcies, Carles.

sábado, junio 11, 2016

El momento de la generosidad

Empecemos un nuevo post sobre política, pergeñado esta mañana mientras corría, acompañado de unas excepcionales vistas, por la carretera de les Aigües de Barcelona. En España hubo una transición que, mitificada o no, tuvo y tiene todavía una gran aceptación. Permitió pasar de un régimen dictatorial a una democracia en la que todos los partidos pasaron a tener voz. Ese acto colosal de entendimiento, que fue en parte posible gracias a unas circunstancias de ilusión colectiva por un proyecto común, se ha ido desdibujando: necesita de un mantenimiento que no ha tenido. La principal característica que a mi entender tuvieron quienes hicieron posible la democracia, junto con la ilusión, fue la generosidad. Y ese es el elemento que debe volver para engrasar el engranaje que se puso en marcha con la transición. La democracia en España vive un momento de colapso, de ralentización, que contrasta con el dinamismo de los primeros años: en primer lugar, la política se ha burocratizado, enquistado, profesionalizado hasta traspasar líneas indeseables. Por otra parte, los intereses particulares de los partidos y los grupos o particularidades están substituyendo a los intereses colectivos, o los de todos. Además, la demagogia ha anidado en el caldo de cultivo de las distintas crisis y han entrado en escena "nuevos" populismos que simplifican uno o varios aspectos de nuestra realidad colectiva. Todo ello tiene un responsable: el bipartidismo que representan PP y PSOE. No creo que sean parte del problema, sino de la solución, pero a mi entender, la generosidad que tuvieron ciertos políticos hace 40 años, se debe traducir ahora en una gran regeneración de estos dos partidos. Y el pistoletazo de salida de la regeneración, si es que el espíritu de servir a sus conciudadanos es lo que les llevó a dedicarse a la política, debería ser un paso al lado de decenas de personas de estos dos partidos. No podemos arreglar nuestros problemas actuales con las personas que los crearon. En efecto, a mi entender, no es una cuestión de partidos, sino de personas y de sus valores.  Ojalá nos volvamos a ilusionar de nuevo con el gobierno de lo común. Solo será posible con la generosidad de muchas personas. 

domingo, abril 24, 2016

El aburrido y autoritario carril único

Esta mañana, mientras desayunaba en un agradable café de la bulliciosa rambla de Sabadell, he estado hojeando La Vanguardia. Sentado en una preciosa sala de principios del siglo XX, a la luz ténue de algunas lámparas de apoyo, la atmósfera animaba a leer opinión. He leído a Zarzalejos, a Mas, a Rahola y a Luna entre otros... Los artículos de Rahola y Luna, junto con la foto que ilustra este post, tomada de la sección de cartas al director de hoy, me han llevado a la reflexión.

Joaquín Luna escribía una oda al empresario y a la empresa privada, tan denostada y demonizada en nuestros días, siempre asociada a oscuros intereses. Esa misma empresa, formada por personas cuya iniciativa es el sustento de nuestra sociedad, se contrapone a menudo en el discurso oficial a lo público, lo legítimo, lo que está libre de intereses, lo neutro, lo bueno. Pilar Rahola cargaba por su parte contra un creciente Estado paternalista, que a través de sus políticos y leyes dirige a los ciudadanos y les dicta el modo correcto de pensar y de ser. Tanto Luna como Rahola se rebelaban contra ese autoritarismo sutil que quiere imponer un único modo de concebir la realidad.

Unas páginas más adelante, me ha dado que pensar la fotografía con la que un lector ilustraba su enfado contra un ciclista. A mi parecer no estorba a nadie en una avenida más que amplia, a pesar de estar fuera del carril bici. No tengo nada en contra de los carriles bici, ni seré yo quien vaya en contra del ordenamiento de lo público a todos los niveles, pero debe ser siempre en su justa medida. Parece que cala el discurso estatalista, y de vez en cuando hay que recordar que ante todo, lo primero somos las personas, con nuestras más variadas opiniones  y acciones, y donde no lleguemos nosotros, deberá intervenir el Estado. Nunca antes. Ese es el principio de subsidiariedad, que parece que en nuestros días se está convirtiendo en el de "substituteidad", en el que el Estado y lo público deja cada vez menos margen a que cada uno exprese y realice sus anhelos y convicciones. Y es peligroso que ese discurso cale, porque nos convierte en ciudadanos cada vez menos responsables, más comodos. La vida está llena de avenidas, de parques, de autopistas, de senderos, de caminitos, de pistas forestales. No dejemos que nadie nos reduzca a un aburrido y autoritario carril único. Primero las personas y luego, el Estado.

lunes, febrero 08, 2016

10 consejos para leer más

Hace tan solo unos meses me encontraba en una situación, con respecto a la lectura, por la que muchas personas pasan: leía a trompicones. Tardaba mucho tiempo en acabar los libros y cuando los acababa, pasaba largas temporadas sin leer, sin apenas darme cuenta, hasta que encontraba otro libro, muchas veces el primero que encontraba. Si has pasado por esta situación y quieres disfrutar más con la lectura, leer con más frecuencia y con más calidad, aquí van diez consejos que pueden ayudarte:

1. Busca razones para leer. Dicen que quien tiene un porqué encuentra un cómo. La primera condición para leer más es saber por qué debes hacerlo. Hace un tiempo escribí un post que puede ayudarte a encontrar razones. Hay muchas más: es uno de los placeres más gratificantes, importantes y útiles que las personas hacemos en nuestra vida.

2. Haz una radiografía de lo que has leído. Lista los libros que has leído: autor, título, y fecha de lectura. Puedes añadirle otros campos a la lista, como la valoración que haces de cada libro, etc. Cuando sabes dónde estás es más fácil saber hacia dónde puedes y quieres ir: con ese histórico sabrás cuáles son tus gustos y tus lagunas. 

3. Redacta una wishlist. Redacta una lista de libros que quieres leer. Algunos te vendrán casi "impuestos" al ver las carencias que hayas observado en tu lista de libros leídos. Otros serán libros que te hayan recomendado, libros que siempre has querido leer, etc. Esta lista te ayudará a tener siempre libros "en cartera", dispuestos para cuando acabes el que estás leyendo. Eso te evitará periodos sin lectura. 


4. Lee buenos libros. Tempus breve est. Hay muchos libros y poco tiempo. Compensa leer buenos libros. El otro día en JotDown leía una interesante conversación entre Javier Cercas y Enric González sobre la lectura. Uno de ellos decía que el novelista sabe "ver lo que hay debajo de las cosas, contar algo más real que la realidad" y añadía: el escritor tiene que "explicarte el alma humana". Hay que leer de todo, pero los buenos libros y autores explican mejor el alma humana que los demás. Aquí va una lista de 100 libros que elaboré hace un tiempo y que puede servirte como guía para leer buenos libros. 

5. Busca un tiempo cada día para leer. No es verdad que no tenemos tiempo para leer. Seguramente es que no tenemos interés. Una vez reforzado el interés (leer es al alma lo que comer al cuerpo), busquemos 10 o 15 minutos de los 1.440 que nos brinda cada jornada, para leer. Sea el tiempo que sea, cuando te pongas a leer evita dejar un capítulo a medias. El capítulo es la unidad mínima, con significado propio, de los libros. 

6. Alterna géneros, autores, formatos, idiomas, épocas, países, etc. Para disfrutar de la lectura es bueno ir alternando novela con biografías, poesía, teatro o ensayos. Tambien alternar libros largos con libros cortos, libros actuales con libros antiguos. Lo mismo es bueno hacer con los autores y sus nacionalidades. Si eres bilingüe, trilingüe o plurilingüe, alterna también idiomas. 

7. No leas más de dos o tres libros a la vez. Hay personas capaces de leer muchos libros a la vez, pero suele ser contraproducente. Los libros son conversaciones, ventanas a distintos mundos y puede ser dificil coordinarlos. Puede que nos perdamos los matices de cada uno de los libros que leemos. 

8. Tómate tiempo para la reflexión. Cuando sabes lo que quieres leer y coges el ritmo, puede pasar que tomes un ritmo que no te deje espacio para la reflexión. En las conversaciones -decíamos que los libros son conversaciones- los silencios son importantes, y también en la lectura. Bastará reflexionar al acabar con la lectura del día sobre qué nos ha querido decir el autor, qué hemos aprendido, etc. Y quizá nos animemos a escribir una pequeña reseña o unas líneas sobre qué ha supuesto ese libro para nosotros al acabarlo. 

9. Utiliza ediciones con aparato crítico. Cuando lees libros con cierto calado, que han influido en su época y posteriormente es bueno dejarse guiar por los expertos y usar ediciones comentadas. Conocer la biografía del autor, sus circunstancias históricas y culturales, las interpretaciones del libro, las notas de los traductores, etc. nos ayudará a entender mejor lo que leemos y la lectura nos será de más provecho.  

10. Habla sobre libros. Lee sobre libros. Anima a leer. El décimo consejo cierra el circulo y es el consejo que debe retroalimentar los puntos anteriormente mencionados. Cuando hablamos y leemos sobre libros, encontramos razones para leer, encontramos nuevas ideas para leer y nos ayuda a reflexionar. Además, cuando animamos a alguien a leer, porque tenemos muy claro el beneficio que supone para nosotros y el  que va a suponer para esa persona, estamos haciendo un favor no solo a esa persona sino a esa incalculable multitud de gente en la que esa persona va a influir a lo largo de los siglos. Vale la pena. 

domingo, abril 26, 2015

¿Por qué leer [los clásicos]?

Permítaseme un breve paréntesis entre los posts en inglés para hablar sobre la lectura. Constato que entre los jóvenes universitarios y los recién egresados cada vez se lee menos, y con frecuencia, entre quienes lo hacen, abunda la lectura de ensayos especializados. A mi entender, ante este panorama, hay que activar las alarmas. ¿Por qué? Eso me he intentado responder esta semana, y aquí va el resultado.

Alguien me contó una vez que leer es como amueblar la cabeza. Cuando uno entra en una sala sin amueblar se encuentra incómodo: no hay donde sentarse, ni se puede estar. Leer es necesario para encontrarse bien con uno mismo, para tener una cierta vida interior, algo de discurso. Hay que leer ensayos, pero ¿te imaginas una salón amueblado solo a base de mesas? Leer es importante -ahora daremos algunas razones más- pero hay que combinar la lectura de ensayo con la de novelas, biografías, teatro, poesía, etc.

Sin lectura no hay vida interior, no hay nada que contar, nada sobre lo que hablar. Dicho en positivo: leer nos hace más reflexivos y más sociables. Nos abre horizontes y mejora nuestra comprensión del mundo. Estimula la imaginación, nos equipa de conocimiento, de vocabulario. Nos capacita para expresarnos, al escribir y al hablar. Santa Teresa tiene una frase que resume bien la necesidad de leer: "lee y conducirás, no leas y serás conducido".

Hasta aquí, algunas razones para leer. Ahora, unas razones para leer los clásicos. En primer lugar, ¿qué es un clásico? Tomo prestadas tres definiciones de Italo Calvino, que me parece que hablan por si mismas: "Se llama clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes". "Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo". "Un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lee aquél, reconoce en seguida su lugar en la genealogía".

A la luz de las anteriores definiciones, un clásico está por encima de los demás libros, es bueno, es mejor. Que un libro sea muy vendido no lo hace bueno-clásico, de hecho, la mayoría de best-sellers no solo no son clásicos sino que son basura técnicamente bien relatada. Un libro es bueno cuando tiene la capacidad de contenerlo todo en unas páginas, cuando deja por un momento de lado la actualidad y el ruido para centrarse en la eternidad. El clásico es, a mi entender, el libro que conecta con lo más profundo del hombre, con sus ideales más nobles, y que nos brinda un legado común con millones de seres que vivieron hace cientos de años o que tienen todavía que nacer. El clásico, a diferencia de los otros libros, nos hace mejores.

Leer es importante, básico. Leer libros buenos, no lo es menos. Si eres de los que no lees por mil y una razones empieza a plantearte cambiar de hábitos. Vale la pena.