sábado, octubre 22, 2011

Desde la ventana

Tejas de tejados, una terraza y media copa -un tercio, en realidad- de una magnolia en primer plano. De fondo, tres cipreses prietos y puntiagudos que forman una unidad. En la finca contigua, cuatro edificios de estilos dispares. El primero de todos, a la izquierda, un chalé cuyas ventanas adjuntan porticones con reminiscencias alpinas. Inmediatamente después, un edificio racionalista, de ventanas amplias, aceros y líneas sencillas y perfectas. A su lado, una pequeña mansión de estilo colonial, de la que solo avisto el tejado, con buhardillas acristaladas. Esa casita, flanqueada por palmeras barcelonesas, es el centro neurálgico de la finca, su centro de control. La diagonal del tejado que tengo en primer plano solo me deja ver uno de los elementos del cuarto edificio: una chimenea moderna alta, blanquísima, coronada por un pararrayos. Deja ver cómo es el edificio, parecido al segundo de los mencionados. Volvamos atrás. Junto a la casita central se vislumbra, ya en otro plano, un  tejado vertical, punzante, que corona un torreón ancho, y este, a su vez, corona un edificio ocre, aprisionado en un terreno que se achicó a raíz de la construcción de la ronda que circunvala por su extremos superior la ciudad, junto a la falda de la sierra. El torreón, que años atrás se veía entero desde donde estoy sentado, queda ahora tapado por un tejado abovedado que culmina un proyecto horrendo, la casa de un hombre venido a más, quizá tan solo en lo económico. A la izquierda del torreón, las copas de unos pinos mediterráneos, medio ocultan la torre de un monasterio, edificado por la reina que da nombre a la calle grande más cercana al templo. Es un monasterio que, a juzgar por la torre, que es lo único que veo, es más sencillo que las construcciones de su época. No en vano -y eso me lo dicen las crónicas y no la vista- se edificó en poco más de un año, uno de los primeros del siglo XIV. Insólito. Repasemos: magnolias, cipreses, palmeras y pinos. Ocres, tierra y verde. Ese es el tercio inferior de lo que veo. Arriba, el cielo y al fondo, recortando el horizonte, tres colinas que emulan otras tantas de las siete de la ciudad eterna. Me levanto. Se añaden algunos elementos a la visión: una cúpula inmensa de pizarra que brilla al sol; una torre de piedra, cúspide de la parroquia milenaria del barrio vecino; un manojo de pinos en medio de una masa informe y desordenada de viviendas. A la derecha, el mar, grande, inmenso. Tres chimeneas altas en un extremo. Y mientras sigo escribiendo el sol va bañando ahora el torreón; ahora una parte de la masa ya no tan informe de las viviendas que ahora que me fijo, parece que escalen, las colinas del fondo.

sábado, abril 30, 2011

Una conclusión, una recomendación, una sentencia.

Hace unas semanas leí el libro "El hombre en busca de sentido", en el que Viktor Frankl habla sobre su estancia y experiencia profunda en un campo de concentración. Me gustaría no olvidar algunas cosas de esa lectura, y por eso saco de ella una conclusión, una recomendación y una sentencia feliz. La conclusión: aun en las peores circunstancias de la vida, aun ante las que parecen que limitan profundamente nuestro actuar, tenemos la capacidad de elegir, conservamos la libertad interior para decidir sobre nuestra vida: no hay nada que nos determine tanto como para no acabar haciendo lo que queremos hacer. La recomendación: "Obra así, como si vivieras por segunda vez y la primera vez lo hubieras hecho tan desacertadamente como estás a punto de hacerlo ahora". La sentencia, que tiene que ver con la conclusión. Dice del hombre: “Él, es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser quien ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”

sábado, abril 16, 2011

Hazlo de todos modos

Esto escribió la Madre Teresa de Calcuta. Me parece que no necesita más comentarios:

Las personas son a menudo irrazonables,
ilógicas y egocéntricas...
de todos modos perdónalas...

Si eres bondadoso, las personas pueden
acusarte de tener motivos egoístas ulteriores;
de todos modos sé bondadoso...

Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos
y otros verdaderos enemigos;
de todos modos sé exitoso...

Si eres honesto y franco,
las personas te van a engañar;
de todos modos se honesto y franco...

Lo que demoraste años en construir,
puede alguien destrozarlo en una noche;
de todos modos construye....

Si has encontrado serenidad y felicidad,
vas a despertar celos y envidias;
de todos modos sé feliz...

El bien que haces hoy, olvidarán a menudo
las personas del mañana;
de todos modos haz el bien...

Dale al mundo lo mejor de ti,
aunque puede que no sea suficiente...

De todos modos dale al mundo lo mejor de ti porque en el análisis final,
te darás cuenta que el asunto
es sólo entre tú y Dios,
ya que en todo caso,
jamás fue un asunto entre tú y ellos...

miércoles, marzo 09, 2011

Encontrarás dragones: dos horas que traerán cola...

Hace unas semanas estuve en un preestreno de la película Encontrarás dragones (There be Dragons), una película dirigida por Roland Joffé. En la película, un periodista recibe el encargo de escribir una biografía de Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, e investigando se da cuenta de que su padre -Manolo- le conoció. Toda la historia gira entorno de esos dos personajes y la mayor parte de la acción transcurre durante la Guerra Civil española. No me cabe duda de que la película traerá cola en todos los sentidos: llenará salas, dará que hablar (¿serán los dragones?) , hará reflexionar al espectador durante bastante tiempo después de acabada la película. Y lo creo porque, bajo el ropaje de un nada común filme histórico, de un drama épico, se plantean los grandes temas de siempre, como en los grandes clásicos... miedo, odio, dudas, venganza, celos, pasión, amor... y por encima de todo perdón, perdón heroico. En la película, a mi entender, la guerra es un mero escenario, una excusa fuerte que, tocada por Joffé, se convierte en una de las visiones más frescas e innovadoras que ha dado el cine sobre la contienda española: atrás quedan el bando buenos y el malo, los traidores y los traicionados. Cada uno de los que allí lucha lo hace con un relieve especial, nada común en los relatos de la guerra. Un relieve que pone entre la espada y la pared a los personajes, que les dota de una libertad -y de una responsabilidad- especial. También habla de eso especialmente la película, de las decisiones que tomamos porque queremos, a conciencia, no porque lo dicte algún programa. Es el caso del joven Escrivá, que se hace sacerdote más por convicción que por moda; o las continuas tomas de partido en los sucesos de la guerra. Enfrentarse a los dragones del pasado, del presente, del futuro... Yo le aseguro a quien se enfrente a esta película dos horas que traerán cola...

sábado, enero 22, 2011

Mirar las cosas de quejas arriba

Estamos acostumbrados a vivir entre quejas, malas noticias, pesimismo. A parte de que, una actitud permanente de queja agría el corazón, como ya escribí en otro post, la queja poco aporta y poco arregla: no mejora ni a las personas ni a las instituciones cuando no es constructiva y se dirige a quien puede arreglarlo. Por contra, algo que sí podemos hacer, y pocas veces caemos en ello, es felicitar a quien lo hace bien, hacerle notar que aquello que ha hecho es lo que querríamos para todos. Cuando felicitamos y agradecemos, facilitamos que se sigan haciendo bien las cosas y dejamos clara una cosa: que no es lo mismo hacer las cosas mal que hacerlas bien. Las redes sociales y la multitud de canales de comunicación que existen facilitan hablar con las personas y las instituciones directamente. Hagamos uso de ello no solo para quejarnos, sino también y principalmente para agradecer y felicitar.