miércoles, julio 02, 2008

Servir con garbo

Garbo, una palabra que siempre me ha gustado. La oí muchas veces de labios de mi madre. La Real Académia de la Lengua lo define como gallardía, gentileza, buen aire y disposición de cuerpo. Servir es otra palabra que parece que hoy no pueda casar con el garbo. Y sí puede. Se puede servir con garbo, con alegría, con ilusión. Se puede mantener como actitud de vida el servicio. Me atrevo a decir que no sólo se puede, sino que se debe. Muchas veces servimos a la fuerza, con desgana, sintiéndonos víctimas, con el pensamiento de que sólo nosotros hacemos las cosas y los demás no hacen nada, no ayudan nada. El servicio con garbo es atrayente, da que pensar, anima a servir del mismo modo. Nada tiene que ver con el servilismo, servicio mal entendido. El servilismo del que se adhiere ciegamente a la autoridad de alguien no es servicio. El servicio es pensar en los demás, hacerles felices, facilitarles las cosas: las acciones que brotan del verdadero amor no son nunca aprisionadoras. Pero no nos elevemos. Servir con una sonrisa es mejor que servir sin ella. Puestos a servir, sirvamos con garbo.

sábado, junio 28, 2008

¿Estás triste o es que eres feo?

Tengo un conocido que en la mili tenía un general muy apreciado por todos, alegre, simpático, enérgico, con verdader preocupación por lo que pasara con los soldados de su compañía. Cuenta que una vez le preguntó a uno de ellos: ¿Estás triste o es que eres feo? Otro autor, cuyo nombre intuyo pero no sé con certeza si era el, decía que un hombre, a los cuarenta años es responsable de su cara. Hay gente que jamás sonríe, y la sonrisa es lo que más atrae. La sonrisa hace la vida agradable a los demás, les ayuda. Y también ayuda al sonriente o sonreidor. Hace un tiempo leí un artículo de Jaime Nubiola, publicado en prensa, titulado "el trabajo de soreír". Allí habla de las virtudes de la sonrisa, de la sonrisa como forma estupenda de comunicación. Como ese autor, me animo a tomarme en serio el trabajo de sonreír.

viernes, junio 27, 2008

La paciencia, la madre de la ciencia

No sé si habréis tenido la oportunidad de ver a los niños pequeños encaramados a un parterre durante algunos minutos y esperando a que su planta, cuya semilla han mal plantado hace apenas unos segundos, crezca, se haga grande y fuerte, dé sombra. Eso nos pasa muchas veces a los hombres: nos proponemos metas y queremos alcanzarlas ya. Necesitamos más paciencia con nosotros mismos, y con los demás. Los hombres, como el buen vino, mejoran con el tiempo. Démonos tiempo. Demos tiempo a los demás. Seguramente nada ayuda la prisa tan propia de nuestro tiempo. En mi despacho tengo un pequeño tarjetón titulado "giornatta sulla lentezza", una jornada sobre la lentitud. Pero no nos vayamos de tema. Eso dará para otro post.

jueves, junio 26, 2008

centros intergeneracionales

Parece que en América está triunfando. Se trata de centros educativos que cuentan con educadores de la tercera edad. ¿Qué hacemos -que se entienda mi pregunta- con los abuelos? Que enseñen a los pequeños. Me parece una idea colosal. He tenido la suerte, gran suerte lo considero, de criarme con mis abuelos, los vecinos del piso de abajo. Transmiten, incluso con la mirada, infinidad de riquezas. Son los que aportan sabiduría popular, los que han luchado toda la vida y ahí están, los que tienen una sensibilidad especial. A un abuelo le duele más que al propio nieto su herida, le apasiona su crecimiento, sus juegos. En fin, me parece una idea excelente. Desde el blog, un recuerdo para los abuelos del mundo, y para los míos.

miércoles, junio 25, 2008

la excelencia no está de moda.

A nadie descubro nada: la excelencia, el acabar bien las cosas, el llegar hasta el final de los temas, no está de moda. Definamos excelencia como superior calidad que hace ser digno de aprecio y reconocimiento. Reconozcamos que muchas veces somos cutres, muy cutres. Y no olvidemos que el actuar nos hace de una determinada manera. La cutrez continua nos hace personas cutres. La profesión, a la que dedicamos muchas horas cada día, nos brinda un campo amplio de mejora en virtudes, en capacides, etc. y viceversa: uno puede encutrecerse paulatinamente hasta el infinito.

domingo, junio 22, 2008

Es que mi profesión es así...

Hace unos días llamaron a una compañera de departamento que se dedica a publicitar mi empresa en los medios. Le llamaron de una revista y le pidieron que hiciese una inserción en ella. Ella, amablemente, le contó por encima el plan de medios que tenía entre manos y que tenía unos objetivos muy concretos y que no podía comprar. Insistió el otro. Propuso algunos "incentivos": tal vez necesitas que envíe un cátering a tu casa... mi compañera fue zanjando la conversación: me parece que no le entiendo bien, tendré que colgarle. Se envalentona el otro: ¿es que tú no miras tu correo? ¡te envíe un mensaje y no lo miraste! ¿Es que no sabes mirar la pantalla? Zanjando de nuevo: perdone, usted es muy maleducado. Tengo que colgarle.
Al acabar la conversación, nos envía un mail explicándo un poco el sucedido. En un contínuo goteo va llegando la gente a su despacho para comentar la jugada. Ella dice "si esto no es nada, te pueden ofrecer un viaje para cuatro personas y luego decir que no insertas es imposible. Este mundillo mueve un dineral." A raíz de esta anécdota, que bien puede levantar comentarios como "pues qué tonta, ¿no? Que acepte un cátering y un viaje y lo que se le eche encima", me planteaba que en todas las profesiones las personas nos enfrentamos a malas prácticas (y no digo "malas" como palabra vacía, aséptica, sino como adjetivo que califica a lo que envilece a la persona, a la profesión, las relaciones comerciales, las interpersonales, etc.)y es ahí donde nos retratamos. Donde podemos hacernos mejores o peores, donde podemos dignificar nuestra profesión o envilecerla. Uno a uno. Olvidemos en "en mi profesión las cosas van así": irán las circunstancias, las cosas, pero las personas pueden hacer lo que quieran. Otra voz que me dice: qué ingénuo eres... aquí, a lo que manden los jefes, que si no te echan... pienso que hay cadenas que no son de hierro.

sábado, junio 21, 2008

Buenos días, buenas tardes, buenas noches...

No sé si recordarás el vecino de Truman en la película El show de Truman. Era el receptor de semejante saludo. No hay que pasarse, pero no podemos olvidar que lo que aprendimos de pequeños no está pasado de moda, y no son puros formalismos. Hay que saludar, enérgicamente si hace falta. Hay que dar las gracias y pedir perdón cuando haga falta. Hay que llamar a la puerta antes de entrar en un sitio, y en el teléfono, preguntar si el otro está ocupado. Hay que levantarse al presentarse. Hay muchas cosas que no están porque sí. Y te vas dando cuenta de que la educación no está reñida con la confianza, sino que la sostiene. Y que la naturalidad, mal entendida, nada tiene que ver con la personalidad, con la modernidad, con la confianza. Y alguno preguntará "¿Qué es eso de que 'hay que'?", y prohibido prohibir y no sé cuantas frases más de manual. Le diría: hacer la vida agradable a los demás es posible, y la eduación ayuda a eso.

viernes, junio 20, 2008

Gracias...


Es más que evidente que de la sequía hemos llegado a que los pantanos se llenaran, en apenas un mes. En conseller de Medi Ambient decía que, aunque agnóstico, pediría a la Mare de Déu de Montserrat que lloviera. Parece que le ha oído. El otro día publicaba la Vanguardia una carta de un lector que le animaba a que, tal como pidió en público que lloviera, que lo agradezca en público. Claro que sí. Volvamos a ser más sencillos: pedir, dar gracias. También el cardenal de Barcelona pedía que se añadiera en las misas una oración por la lluvia, con confianza. Ha habido resultado. Efectivamente habrá quien diga que no hay que caer en la superstición, en no-sé-qué-rollos, etc. Bien. Sólo sé que este verano ni se podía regar, ni llenar piscinas... ahora ya se puede. Yo desde aquí, doy gracias.

domingo, junio 08, 2008

Enseñar...

Es que estos chicos que suben... no saben hacer nada, ni coger una escoba... Algo parecido hablaban el otro día en la calle un matrimonio. Y parece que lo decían de su(s) hijo(s). Me quedé bastante sorprendido... ¿Desde cuándo la gente nace aprendida? De pequeños, al menos en mi casa, nuestros padres nos enseñaron a ayudar, a recoger y a poner la mesa, a hacer la cama, a barrer, a tener las cosas ordenadas, a tener un horario, a superarnos en el día a día. Parece que eso ya no es labor de los padres... ¿Pues de quién va a ser? El colegio es un soporte a la formación de los niños y de las niñas, pero no es lo único. En casa hay que seguir exigiendo. Si no, no sé de qué nos extrañamos.

lunes, junio 02, 2008

Miedo a la autoridad

A propósito de la investigación de algunos cuerpos de policía españoles por corrupción, recuerdo que el otro día comentaba con alguien la gracias que tiene gracia que los mismos que tienen que velar por nuestra seguridad, los famosos cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, son los que habitualmente nos meten más miedo en el cuerpo. Con frecuencia, vamos prevenidos contra todo lo que a ellos se refiere, entramos en tensión, nos da cierto miedo: al mirar por el retrovisor y ver una coche de policía, al ir a una comisaría, al hacer una consulta en la calle...

miércoles, mayo 28, 2008

Sentido común: rehuyamos el anticlericalismo barato

S. McCoy, analista del digital Cotizalia, diario económico de los más consultados en España, aboga por el sentido común y se sale del discurso progre vacío. Os dejo con sus reflexiones.

“debemos mucho más a la fe católica que el esfuerzo que ella pide a día de hoy a los creyentes y a los que no lo son”; “la cercanía a la labor diaria de esta institución desmonta mitos dogmáticos; acerca a mucha, demasiada, generosidad ejercida en las catacumbas del silencio y produce la satisfacción de ver que allá donde hay necesidad, está la Iglesia siempre sin mirar el carnet de identidad del necesitado, ni pedir contraprestación”; “en la búsqueda de un uso responsable de la libertad individual y del bien social, la Iglesia está siendo mucho menos conservadora que aquellos que quieren deshumanizar la vida sobre la base de una existencia sin Dios”.

martes, mayo 27, 2008

La familia: modelo para el día a día

Hace unos meses se me ocurrió que habría que escribir algo sobre lo que sigue: la familia, su estructura, es la mejor pauta para todas las actividades del día a día.
En la carrera estudié algunos rudimentos sobre relaciones públicas, sobre comunicación corporativa. Una idea -casi la única- que se me quedó es que el mejor modelo para unas relaciones públicas eficientes es un modelo muy parecido al familiar (al menos a mi entender, aunque no se llame así). No explicaré los pormenores y cómo llegué a esa conclusión, porque no procede.
Si en un determinado campo del saber funciona ese modelo, ¿por qué no va a funcionar en todos? Fui repasando mentalmente algunas profesiones y en todas me cuadraba.
En la organización de las empresas, en sus relaciones internas y externas, en sus fines. Lo que al final funciona es lo que estructura también a la familia: el amor.

lunes, mayo 26, 2008

Retomemos

Necesito escribir. No por nada. Simplemente tengo formación de periodista. A uno se le hace largo y misterioso explicar por qué cursó los estudios de periodismo. Se lo dijeron bien claro antes de entrar: el periodista tiene complicada la supervivencia; cobra poco y trabaja mucho; está en mil fregados, por supuesto, "de gratis". Y lo que no es de gratis, poco le falta. Sin embargo, ¿para qué nos vamos a quejar? Otra de las cosas que echa en falta un periodista (a parte del dinero) es la especialización, al menos en mi caso, cuando apenas hace dos cursos que he salido de la facultad. Me explico. Me llaman no hace una semana y me invitan a hablar delante de un público, y me doy cuenta que, en el fondo, no tengo ni idea de hablar ni larga ni cortamente sobre ningún tema. Hay intuiciones, nociones básicas. A uno además le da un nosequé de que haya quienes sin la formación que uno tiene escriban, comuniquen, transmitan mejor. En nuestro tiempo hace falta formarse de contínuo: leer, estudiar, escribir, estar en donde se forjan los destinos de las gentes. Eso exige empeño diario. Me pongo. Y os recomiendo que os pongáis.

viernes, febrero 15, 2008

Guerra de materias primas

Es un apunte: en agosto me hablaron sobre la importancia de las materias primas, asunto sobre el que no había prestado el mínimo interés. En adelante pensé que de haber una tercera guerra mundial sería más sibilina, y que su detonante serían justo eso, las materias primas. Nunca imaginamos que nos faltaría el agua, pero ha llegado un momento en que, por ejemplo en Catalunya, se piensa desde hace unos meses, importar agua. Sobre materias primas, y en particular, sobre el agua, se va a hablar abundantemente en la Expo de Zaragoza en este 2008.

martes, febrero 12, 2008

Entrevistas demoledoras

Ayer estuve viendo la entrevista de Iñaki Gabilondo a Zapatero, Presidente del Gobierno. Venía de entrevistar a Rajoy, Jefe de la Oposición, la semana anterior, entrevista que también vi.

Desde el punto de vista comunicativo, a Rajoy se se le vio seguro, con propuestas, con arrojo, con credibilidad. Zapatero se hizo lento en su discurso de palestra, poco adaptado al contexto de una entrevista, con paquetes de datos muy enlatados, poco vivos.

La campaña, y en general todo el márketing del PSOE es otro cantar: es profesional, atractivo, dinámico... dialogante, a juego con el Presidente. Son profesionales de la comunicación, aunque Zapatero sea un pésimo orador. En este campo el PP no despunta: el equipo del PP es poco atractivo, pasado, pesado.

sábado, febrero 09, 2008

El día en el que me cabreé con las ideas

Ayer no pude más: mi cabeza estalla con miles de ideas que tienen que salir como sea. Son esas cartas al director que siempre he querido escribir y para las que no encuentro un momento o un buen cierre o que están faltas de profundidad. Alguien me dijo que no es bueno escribir sobre la actualidad y querer abarcarla con profundidad: hay miles de matices en la realidad del día a día... y eso es lo que me pasa: como dicen algunos, voy del análisis a la parálisis. Basta de parálisis. Démonos una oportunidad. Escribiré sobre algunas cosas cuando pueda. Espero que sea interesante.