domingo, noviembre 22, 2009

Menos propaganda y más favorecer la familia


Retomo un asunto que ya traté en una carta que se publicó en 20 minutos hace un tiempo. Esta vez lo retomo porque cada día se me hace más insoportable aguantar las campañas de publicidad de los ayuntamientos, el gobierno, etc. Los mensajes, campañas multimillonarias e ingenuas, vienen a decir sé cívico, no robes, no maltrates a nadie, no tires los papeles al suelo, no dejes que tu perro nos regale sus excrementos, no bebas si conduces, no... miles de normas que no hacen más que recordar lo que a todos nos han enseñado en la familia. El marco natural del aprendizaje de las virtudes cívicas es la familia, no el Estado. Pero el asunto es que el progresismo absurdo de algunos -que de progreso no tiene nada- ha minado por activa y por pasiva la institución familiar: se ha favorecido el divorcio facilitándolo, se ha trivializado el matrimonio equiparándolo a otro tipo de uniones, siguen siendo más fuertes los contratos de tipo comercial que el contrato matrimonial, se ha dejado en desamparo a quienes quisieran tener más hijos y sus condiciones económicas no se lo permiten porque los pisos están por las nubes. Hay un largo etcétera de medidas-directamente- contra  la familia. Señores gobernantes, déjense de legislar a troche y moche, de emitir propaganda día sí día también, de desconocer -ingenuamente- quién es el hombre: olvídense de todo y favorezcan a la familia en todas sus medidas y nos irá todo mucho mejor, nos ahorraremos dinero -que en España no nos sobra- y una sensación de hiperlegislación y control que no es humana.

1 comentario:

Jose Quintano dijo...

Sin pelos en la lengua. Con ideas bajo los pelos.